En la Sentencia T-588 de 1998, la Corte Constitucional consideró que la libertad de cátedra implica que los docentes pueden, en principio, expresar las ideas y convicciones que, según su criterio profesional, consideren pertinentes, incluyendo el método que utilicen para impartirlas. Por lo tanto, también constituye un derecho del docente resistirse a recibir instrucciones o mandatos para imprimirle a su actuación una determinada orientación ideológica.
Tipo de archivo:
htm
Categorías:
Gestión normativa
Artículos:
N/A
Idioma:
Español
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